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Marzo 1, 2018, Chile

Oficiará en el Haras de Lionel Soffia:

Hinz deja la competencia y se incorpora como reproductor


El argentino Hinz (Pure Prize) se convirtió estos últimos años en un ejemplar insigne del Hipódromo Chile. Ganador de las Dos Mil Guineas (G1) en 2011 con los colores del Haras D.T.H y bajo la preparación de Juan Cavieres, el hermano del campeón argentino Hi Happy (Pure Prize) oficiará a contar de este 2018 tareas de reproductor en el Criadero de Lionel Soffia.

La historia pistera de Hinz tiene de todo. A sus tres años se convirtió en un gran prospecto generacional tras ganar de punta a punta las Dos Mil Guineas (G1) en 2011. Sin embargo, inconvenientes físicos lo alejaron de la competencia durante más de un año y sus resultados posteriores lo llevaron hasta la cuadra de Luis Urbina, reencontrándose con los triunfos clásicos. 


No obstante, finalmente fue adquirido por el stud Mi Yeye y trasladado luego al corral de Juan Ubilla, donde debió superar un accidente que le costó perder el ojo derecho. Ese lamentable suceso no empañaría en lo absoluto la notable campaña realizada posteriormente. 

A sus nueve años, el alazán deja las pistas con el respaldo de catorce victorias, once de carácter clásico y con el aval de ser ganador de grupo uno, proviniendo además de una prestigiosa familia argentina. Su madre Historia (French Deputy) también fue ganadora de grado máximo y ha producido también a los notables corredores como Hi Happy, titular del G.P.I Carlos Pellegrini (G1) y actualmente en Estados Unidos. 

El noble Hinz también es propio hermano de Hispanidad, otra sobresaliente defensora del Haras La Provindencia que en Argentina ganó la Polla de Potrancas (G1) como su principal logro pistero. 

Ante lo expuesto, méritos tiene de sobra para ganarse una oportunidad en la reproducción y con la calidad desplegada en las pistas, capaz de sobreponerse a cualquier obstáculo que se le presentó a lo largo de su campaña, no sería extraño ver en los próximos años a sus descendientes deslumbrando con el mismo coraje y guapeza que tantas veces hizo vibrar a sus responsables, que lo despiden con sentimientos encontrados, pero orgullosos de la posibilidad otorgada para que continúe escribiendo su historia en la crianza.

Sebastián Bravo Larraín